El sitio deWiñaywayna es la última escala antes de llegar a la estrella del recorrido, es decir, de tu viaje por Perú: Machu Picchu. Imagínate el ambiente, tras unos cuantos días maravillosos de caminar entre puertos de montaña y bosques subtropicales, ahora llegas a un lugar impresionante y desconocido, un paisaje hermoso y no muy lejos de donde colocarás la tienda. Hay un albergue para los que estén cansados de dormir en el suelo.
El lugar, lleno de terrazas, es mágico. Presenta un estilo arquitectónico similar al de Machu Picchu. Dos conjuntos de edificios, la "ciudad alta" y la "ciudad baja", se sitúan alrededor de las terrazas. Todo ello integrado en medio de una vegetación exuberante, es sencillamente increíble. Por supuesto, estos restos son una vez más testigos de la impresionante maestría en la construcción, la ciencia hidráulica y artesanía que utilizaban los incas. Te resultará difícil elegir cuando hayas visitado todos los sitios de esta civilización. Guarda un poco de batería para tu cámara/tablet/smartphone.
Solo la ruta del Camino Inca en sí podría justificar un viaje por Perú. Esta ruta para descubrir el Imperio inca suele hacerse en 4 días y tiene como destino final el famoso Machu Picchu.
Durante nuestro cuarto día por el Camino Inca vimos la espléndida ciudad de Huiñay Huayna, que en quechua significa "eternamente joven". Para acceder a las ruinas incas, hay que subir una colina empinada que da al río Urubamba y a una cascada. El emplazamiento de Huiñay Huayna es un conjunto de casas unidas entre sí por escaleras. También podrás ver terrazas de cultivo, muy típicas de Perú, así como ruinas de templos religiosos. Los habitantes de Huiñay Huayna adoraban a los dioses del agua y la ciudad era un centro religioso donde se practicaba el rito de los baños.
Es imposible no quedarse fascinando por el estado de conservación de las ruinas de Huiñay Huayna, que son perfectas para ir abriendo boca antes de llegar al Machu Picchu.