Lo primero que mi impactó durante mi viaje a la Selva, fue el calor agobiante que sentí nada más bajar del avión en la minipista del aeropuerto de Iquitos. Mientras que en Lima hacía un frío glacial, un clima completamente diferente me esperaba en la Amazonia peruana. Cuando planifiques visitar la zona de la Selva en Perú, es importante que elijas bien la época del año. Las condiciones climáticas varían mucho entre la estación seca y la estación de las lluvias.
Durante mi estancia en Iquitos, me encantó deambular por los diferentes mercados que tiene la ciudad. Estos son muy diferentes de los que puedes encontrar en otras partes del país. Puedes descubrir con asco o con fascinación un tipo de menú muy diferente: larvas asadas, tortugas, caimanes, monos, etc. Si no te atreves con estos platos exóticos, no puedes perderte el pescado de la zona. La Selva tiene una gastronomía propia y, además de esos platos que se salen de lo común, es excelente. Por supuesto, debido a la proximidad de los ríos, está formada principalmente por pescado.