Curiosamente, San Jorge es una de las islas de las Azores menos visitadas. Esto es probablemente debido al hecho de que no tiene ningún sitio turístico importante. Pero vista en su totalidad, diría que es mi isla favorita.
Y es que la isla San Jorge tiene todos los ingredientes de la receta de las Azores: el océano en todas partes -la isla es larga y estrecha- la arboleda con los campos de pastoreo llenos de hortensias, la ruralidad y la pesca, la producción de queso...
No hay ninguna ciudad moderna, ni ninguna industria importante; San Jorge es una enorme campiña emplazada entre 30 y 800 metros sobre el nivel de mar. Se trata de un enorme precipicio que en lugar de estrellarse en el mar, da lugar a pequeñas fajas, estos bancos fértiles entre la montaña y el mar, llenos de tesoros: playas de guijarros negros, piscinas naturales... Hay una vista maravillosa sobre el volcán Pico... Puedes pasear por el bosque, descubrir los pueblos blancos, y sobre todo, probar el queso, el mejor de las Azores.