
Como en cada país, Senegal tiene sus propias normas de conducta y fórmulas de cortesía, y sus uso suelen ser diferentes a las costumbres europeas.
Los senegaleses son muy educados y los saludos son muy importantes. Decir un "salamaleykoum" es siempre un placer, incluso a un extraño o a ¡alguien que no vas a volver a ver otra vez!
El islam es la religión dominante y los senegaleses son muy devotos, así que no es fácil toparse con ropas cortas o escotadas. Sin embargo, las madres no tienen ningún problema en dar de mamar a sus hijos en público.
Los senegaleses, generalmente, comen en cuclillas en el suelo o se sientan en un pequeño taburete con un plato común. Por cortesía, es aconsejable quitarse los zapatos antes de caminar sobre la alfombra, lavarse las manos y utilizar solo la mano derecha para comer. Antes de empezar a comer, espera hasta que el dueño de la casa haya pronunciado la palabra "bismilah". La anfitriona quitará las espinas del pescado o reservará las mejores piezas para su huesped: no te avergüences.
Finalmente, para llamar a alguien en la calle o pedir un taxi, los senegaleses suelen hacerlo con un "pst". Contrariamente a las ideas preconcebidas, no es de mala educación, y sí muy eficaz.