Subotica (Суботица en serbio cirílico) se encuentra a 190 kilómetros al norte de la capital. Es una ciudad de fácil acceso en coche o en tren desde Belgrado. Para disfrutarla al máximo, lo mejor es visitarla entre mayo y septiembre.
Situada a solo 10 km de la frontera con Hungría, la ciudad cuenta con numerosas influencias culturales. Debido a varias invasiones, tanto húngaros como otomanos han dejado su huella en el plano arquitectónico.
Si deseas visitar los alrededores de la ciudad, como hice yo, puedes dirigirte al lago Ludas, situado a pocos kilómetros de Subotica. Se trata de un espacio protegido que forma parte de las reservas naturales de Serbia. Es el lugar perfecto para cambiar de aires y relajarse fuera del bullicio de las ciudades y los coches, ¡que puede llegar a ser agotador!