Modica es un lugar de especial interés para los amantes de la arquitectura y el Barroco. Con una ingente cantidad de edificios históricos, tanto civiles como religiosos, está más que justificado que paséis allí un fin de semana para patearos las calles adoquinadas. Mis lugares favoritos y los que recomiendo visitar son: la Catedral de Modica, la iglesia de San Jorge, el Palacio Zacco-Pirrera, el Ayuntamiento y la Plaza de Nápoles.
Pero sin duda alguna, lo que más me gustó de Modica fue el chocolate. Está en cualquier panadería del pueblo y se prepara de acuerdo con la antigua tradición de los aztecas. Esta receta ha sido importada por los españoles desde México. Es algo tan peculiar que uno no se espera encontrar algo así en un pueblo perdido durante un viaje por Sicilia.