Accesible por San Vito Lo Capo o Scopello, esta reserva está situada en el litoral donde viven y construyen su nido las rapaces. Tiene una extensión de siete kilómetros. La primera playa es accesible en algunos minutos a pie. Sin embargo, si tienes ganas de saborear un instante entre mar y naturaleza, se aconseja seguir caminando un poco más por el sendero.
Es agradable llegar por la mañana, para evitar el calor fuerte, sobre todo durante el verano. Instálate para un pícnic y algunos baños, en una de las numerosas calas accesibles dede el sendero y correctamente indicados por la señalización de la reserva.
A lo largo de todo el recorrido podrás admirar la vegetación y antiguas casas. El museo de la reserva propone descubrir cómo se utiliza la palma enana para realizar objetos cotidianos.
La reserva natural de Zingaro es una combinación perfecta entre naturaleza salvaje y cultura rural. El paseo ofrece unas magníficas vistas del mar Mediterráneo y las montañas. Si te armas con gafas y tubo, la vida submarina estará a tu disposición.
Definitivamente el periodo ideal para ir es la primavera, ¡el renacimiento de la naturaleza!