
A finales de 2014, Suecia experimentó una crisis política, relativamente sin precedentes. Su modelo socialdemócrata, que fue alabado internacionalmente, está siendo cuestionado después de muchos años y hay voces que apuntan a que ya no existe. Incluso aunque es posible que no lo notes durante tu viaje a Suecia, puede ser interesante preguntarse que es lo que sucede realmente: ¿dónde se encuentra la Suecia actual?
Durante el s. XX, Suecia desarrolló su propio modelo económico y social. Alabado en numerosas ocasiones, el famoso modelo sueco se inspira en los ideales socialdemócratas. El concepto de comunidad es la base de esta ideología y el individuo debe estar al servicio del grupo. La cultura sueca del consenso se ha desarrollado y llegado a ser muy importante en los últimos años. La jerarquía es, por tanto, menos importante que en España y todos los individuos se supone que están al mismo nivel.
Tradicionalmente, los suecos son también personas modestas: está mal visto destacar en exceso y hay que adoptar la mentalidad "lagom", que implica no ser ni demasiado ni poco. Además, el cumplimiento de las normas es muy importante y la visión del Estado es bastante positiva. Esto es particularmente posible por el hecho de que los suecos pueden tener acceso directo a los gastos de sus ministros, desde hace bastante tiempo. Se requiere transparencia y no se toleran los excesos, ni siquiera en cantidades pequeñas.
Sin embargo, todo esto ha llegado a ser demasiado bueno para ser verdad y las cosas están cambiando, especialmente desde la década de los 90 y tras una fuerte crisis económica. En la actualidad, Suecia está sufriendo y muchas de las políticas de liberalización deben ser aprobadas en el Riksdag, el parlamento sueco. El modelo sueco está cambiando profundamente y Suecia se hace preguntas. Las privatizaciones se suceden. El desempleo es cada vez más alto y hoy en día está en torno al 8%. La situación de los jóvenes es particularmente inquietante y cerca del 22% de los menores de 25 años están desempleados.
Para un país como Suecia, es un porcentaje altísimo. La tensión también se hace sentir en el plano político y la extrema derecha está siendo cada vez más influyente. La inmigración es la causa que señalan algunos y, a veces, es muy difícil encajar en Suecia para los recién llegados. En 2014, el partido de extrema derecha sueca incluso se convirtió en la tercera fuerza política del país durante las elecciones. Las consecuencias han sido rápidas para el nuevo gobierno socialdemócrata de Stefan Löfven: sus presupuestos fueron rechazados a finales de 2014 y se convocaron nuevas elecciones para 2015.
Pero mientras Suecia se dirigía hacia nuevas elecciones parlamentarias anticipadas, el gobierno sorprendió al mundo a finales de 2014, anunciando un acuerdo político con el principal partido de la oposición, Moderaterna. Las elecciones de 2015 fueron, finalmente, anuladas y los socialdemócratas permanecen en el poder. Numerosos observadores internacionales dieron la bienvenida a este acuerdo de izquierda-derecha y destacan la capacidad de los suecos para encontrar un consenso republicano y bloquear a la extrema derecha.
Pero, en retrospectiva, las cosas no parecen tan claras todavía y algunas personas critican fuertemente este acuerdo, ya que casi el 15% de los votantes suecos han sido dejados de lado. ¿Qué debemos pensar? Una cosa es cierta, la inestabilidad política de los últimos meses demuestra que Suecia busca un cambio y, ciertamente, tendrá tiempo para reconstruir un nuevo modelo digno de ese nombre.