La capital, Taipéi, es un lugar de paso obligado para cualquiera que viaje por Taiwán. No es para nada descomunal y además cuenta con una red de transportes moderna y bien organizada. Moverse por Taipéi es muy fácil. Es una ciudad ultramoderna, dinámica, siempre animadísima. Nada más llegar me llamó la atención la contaminación atmosférica. Allí el esmog es permanente. Lo mejor es asumirlo y ya está.
Taipéi nunca duerme y explorarla resulta muy agradable. Desde luego que el principal interés son las compras que se pueden hacer allí. Toda la electrónica está a precios prácticamente imbatibles. Y eso no es todo. Frente al Taipéi ultramoderno se encuentra también el otro Taipéi, mucho más tradicional. Me refiero a ciertos barrios que son el último testimonio del pasado y muestran una imagen distinta, tradicional e histórica. Los museos de Taipéi son especialmente interesantes. Tampoco te puedes perder los mercados, sobre todo los mercados nocturnos.