
Muchos turistas que van de viaje a Tanzania se quedan muy satisfechos con hacer un safari por el Serengueti o por Ngorongoro. Pues yo te digo que esas emociones no son nada en comparación con las que se viven en la cumbre del legendario Kilimanjaro.
Hacer el ascenso a la cumbre mítica del Kilimanjaro es una odisea que no se puede decidir un día antes. Es un proyecto factible si todo está bien previsto y se ha empezado a preparar con suficiente antelación. Aunque sus 5895 metros de altitud pueden alcanzarse sin que se den dificultades técnicas especiales, debemos ser conscientes de que no va a ser un paseíto. Requiere buen entrenamiento y estar en buena forma física. Para entrenarte deberías salir a correr y hacer caminatas por la montaña.
Otro paso necesario e importante para alcanzar el techo del continente africano es elegir la agencia que te ayudará con este proyecto de altura. Compara bien las distintas ofertas e infórmate bien para saber qué agencias son las más serias y tienen los guías más competentes. Piensa que un ascenso así conlleva unos costes. Desconfía de ofertas demasiado buenas para ser verdad. Céntrate más en la seriedad y en las buenas referencias que en el precio.
No escatimes tampoco en la calidad del equipo de montaña que vayas a llevar. Necesitarás unas buenas botas de montaña y ropa de abrigo. ¡En la cumbre hace un frío que pela! Nunca sabes si sufrirás los efectos del mal de altura. Por si acaso, mejor pedirle a tu médico que te recete algo para tratarlo.
Sobre la mejor época para lanzarse a esta aventura: en enero y febrero, o ya de julio a septiembre. ¿Estás preparado/a para la aventura más increíble de tu vida de viajero/a? ¡Pues vamos allá, a conquistar los 5895 m de esta cumbre legendaria!
Otra decisión primordial es elegir uno de los caminos que llevan hasta la cumbre. El éxito o fracaso del ascenso puede depender del camino que elijas. Haz la ruta que mejor se adapte tus gustos y capacidades.
El camino más corto, más famoso y más transitado es la ruta Marangu. Se ha ganado el sobrenombre de «la ruta Coca-Cola» y te lleva hasta la cumbre en cinco días. Se supone que es la más fácil, pero con tantísima gente queda muy lejos de ser la más agradable.
La ruta Machame es solo un pelín más dura y mucho más bonita. Te harán falta seis días para alcanzar el cartel que anuncia la llegada a la cima. Los paisajes que ves son más variados. Además, la bajada se hace por un camino diferente, así que seguirás viendo paisajes nuevos. Además, por esta ruta te puedes ir aclimatando mejor a la altitud. Es una ventaja a tener en cuenta.
También hay otras opciones, como la ruta Umbwe, la ruta Lemosho o la ruta Shira. Las hace menos gente y van atravesando zonas más salvajes y absolutamente impresionantes. También son mucho más largas. ¡Solo para los montañeros más aguerridos!
Tú eliges cuál es la que más te conviene. Eso sí, hazle caso al guía cuando te diga de hacer un día de aclimatación. Tus posibilidades de éxito se multiplicarán de manera significativa.