
Durante tu viaje a Tanzania, no necesitarás mucho tiempo para descubrir que los tanzanos son adorables, cálidos y hospitalarios. El país cuenta con muchas otras riquezas que ofrecer, además de su belleza salvaje y sus hermosos paisajes, y una de ellas es su gente.
En apariencia, puede parecer un pueblo tímido y discreto, pero solo son necesarias unas pocas palabras para darse cuenta de que los tanzanos son muy abiertos, cálidos y hospitalarios, y les encanta hablar, discutir e intercambiar impresiones con los extranjeros.
En los lugares más turísticos, el trato es un poco falso y la mayoría de los contactos que tengas con los lugareños serán con fines comerciales. Si te las arreglas para ir más allá, podrás mantener conversaciones muy interesantes. Solo necesitas poder ver la diferencia entre charlar con una persona con una sincera curiosidad y con una a la que solo le mueve el interés. Aunque no siempre es fácil distinguir el bien del mal.
Para los tanzanos, es incomprensible que los europeos, lógicamente más acomodados que ellos, no presten una atención especial a la vestimenta. Ciertamente, hace mucho calor en Tanzania, pero lo mejor es no vestir con ropa demasiado corta. Esta recomendación es válida tanto para estar en las ciudades como en lugares remotos e incluso en las playas. Si vas a ponerte tu mejor bikini, mejor no salgas de la piscina de tu hotel de lujo. El resto del tiempo lo más conveniente es llevar trajes largos y discretos.
Las parejas no deberían dar muestras de afecto demasiado efusivas en lugares públicos.
Para realizar fotos, es conveniente pedir siempre permiso a la persona a fotografiar. Los masai se han acostumbrado a posar a cambio de dinero . Págales si insisten y evita siempre fotografiarles a escondidas, lo detestan y es probable que te metas en problemas.
A los tanzanos les encanta discutir y participar en debates, y sentirán también curiosidad por escuchar tu opinión. Lo mejor es que dejes que sean ellos quienes hagan las preguntas y evites los temas políticos.
Durante tu viaje a Tanzania, verás con mucha frecuencia que los niños son enviados por sus padres a pedir dinero. Aunque a veces sea desgarrador, es mejor negarse que fomentar la mendicidad. Es preferible que dones dinero a autoridades como el jefe de la aldea, los directores de las escuelas o los hospitales. También, puedes regalar materiales a tu guía, si has simpatizado con él. Sus hijos estarán encantados de ver a su padre regresar a casa con ropa y artículos escolares.