
Pasé diez días en Turquía, y fueron diez días maravillosos, y también muy dulces. Te daré algunos secretos y así estarás preparado: son muchas las tentaciones culinarias.
Personalmente, yo volví de Turquía con media maleta llena de pulseritas y llaveros decorados con el famoso ojo protector. Este se llama «Nazar boncuk», que en turco significa «amuleto que caza el mal de ojo». En Turquía están por todas partes: delante de las casas, en los taxis... Este amuleto también se ha transformado en collares y otras joyas que podrás encontrar a diferentes precios.
El Gran Bazar de Estambul (de obligada visita durante tu viaje a Turquía) es uno de los mejores recuerdos que guardo de Turquía: es un mercadillo turco lleno de souvenirs, eso sin hablar de la simpatía de los turcos que regentan las tiendecitas. Si visitas Kütahya, podrás comprar una loza preciosa : tendrás un montón de platos, fuentes o copas para elegir. Pero ten cuidado de embalar bien estos objetos porque son tan frágiles como bonitos. Turquía también es el país del cuero. Si estás dispuesto a dedicar algo de tiempo a comprobar la calidad de los productos, podrás encontrar auténticas maravillas. Por último, una planta entera del Gran Bazar está dedicada a las joyas. También las encontrarás en todas partes durante tu viaje a Turquía. Tanto si prefieres las joyas modernas, tradicionales o étnicas, encontrarás lo que buscas. Como para los demás artículos, no dudes en regatear.
Si te gusta el narguile, es el momento perfecto para comprarte uno nuevo. Comprueba que el tubo no sea de plástico, que el frasco sea transparente y que el soporte sea preferentemente metálico, ya que la madera se estropea antes. Cómprate también tabaco y carbón, allí será más barato.
¿Quieres hacer un regalo típico? Regala los famosos vasos de té, así como los platillos y las cucharillas a juego. También es una buena ocasión para comprar un montón de especias para abastecer tu despensa. El pimentón, el comino y el azafrán, entre muchas otras especias, se venden a precios irrisorios. Si te has atiborrado de avellanas y pistachos durante todo tu viaje y temes echarlo de menos cuando vuelvas, compra y llévate a casa. Los encontrarás por todas partes. Y llévate una caja de delicias turcas al trabajo, harás felices a tus compañeros. Mis preferidas son las de pistacho, pero merece la pena probarlas todas. Cómelas con moderación, que las delicias turcas son muy adictivas.