
Entre la influencia africana que da ritmo a las noches alocadas, la arquitectura europea y los jardines más "zen" al puro estilo japonés, Montevideo conglomera una cultura propia pero de inspiraciones múltiples.
Debido a que la colonización de Brasil comenzó por Uruguay, y aunque la población uruguaya sigue siendo hoy la más occidental de toda América del Sur, el legado de la esclavitud ha dejado algunas huellas en Montevideo, especialmente en el corazón de la música. Podréis ver en cualquier esquina del Barrio Sur un espectáculo musical improvisado, o también en un parque o en la playa, entorno a varios instrumentos de percusión de influencia africana. ¡Bailaréis toda la noche!
Debido a la fortaleza del vínculo que une a ambas hermanas del Río de la Plata, que son Buenos Aires y Montevideo se puede percibir el eco de éste sobretodo en el tango. Tened a punto vuestros talones y dejaos llevar algunos pasos pero con ese toque uruguayo, una buena «milonga» como solo Manuel Campoamor y Francisco Canaro saben, pues tienen el secreto. Como dato curioso, deciros que el tango nació de hecho en Uruguay, ¡no en Argentina1
Porque no hay nada como la música dejando su huella en Montevideo, pero también la faceta arquitectónica tiene su gran papel en la pequeña capital. Esta vez es la parte europea quien dibujará sus influencias como lo demuestra el magnífico Palacio Salvo, en la Plaza de la Independencia, que parece salir de un bulevar parisino con su fachada haussmaniana; o también el teatro Solís, decorado como debe ser para una tragedia griega, con sus hermosas columnas de mármol. ¿Y en las pequeñas calles? El colorido de las viejas casas coloniales os traerán de vuelta a la tierra, u os llevarán al séptimo cielo.
Debido a que Japón también puso su granito de arena en la fórmula mágica que hace que Montevideo sea tan agradable, podéis alejaros un poco de cualquiera de las 19 playas capitalinas para sumergiros durante un rato entre la vegetación, en medio de carpas gigantes y bancos de arena perfectamente dispuestos para una foto de recuerdo detrás de los bonsais.
Tenéis que saber que la gastronomía de Uruguay no se reduce únicamente a parrilladas y dulce de leche. Italia también ha tenido su influencia en la gastronomía, y especialmente con su principal "arma de seducción masiva": el café. Si bien no es tan popular como el mate, su rival latino, el oro negro ha sabido alcanzar y ganarse las tazas de las cafeterías más frecuentadas de la capital, como la del Cafe Brasilero, que desde 1877 es toda una institución de la ciudad.