
Hay pocas posibilidades de que Tashkent te deslumbre tanto como Samarcanda, Bujará o Jiva. Sin embargo, es recomendable, al principio de la estancia, pasar una jornada descubriendo esta gran ciudad moderna en la que se puede, de todas formas, observar algunos vestigios de su rica historia.
Ya desde la misma salida del aeropuerto, la situación está clara: estamos en la ciudad más grande de Uzbekistán, que alberga casi 2,5 millones de habitantes. No debes esperar una decoración al estilo de las Mil y Una Nochesa tu llegada a Tashkent, antes bien, una bienvenida al estilo soviético: amplias avenidas, grandes bloques de inmuebles, con algunos edificios que datan de la época soviética en estado ruinoso. Sin ser necesariamente muy atractivos, sin embargo estos primeros descubrimientos forman parte también de la realidad y la historia de Uzbekistán, que no ha dejado de vivir desde el siglo XVII.
En cuanto a la parte "moderna", puedes dirigirte, especialmente, a la plaza Amir Timur, en la que se alza una estatua ecuestre de Tamerlán; descubrir el teatro Navoï; la inmensa plaza Mustakillik; el Palacio presidencial o incluso la plaza de la Independencia, donde se encuentran la Cámara de los Diputados y el Senado. Un paseo bastante rápido de hacer. A destacar que es interesante ir a ver algunas estaciones de metro de Tashkent, en las que la decoración merece una ojeada.
A continuación, uno de los lugares más animados de la ciudad, que le dan la fama: el bazar de Chorsu. ¡Sin duda, uno de los lugares más agradables de Tashkent ! Sacos de grano, de arroz, especias diversas y variadas, frutos secos, puestos de frutas y legumbres se reúnen aquí por barrios. El lugar perfecto para hacer una pausa para el almuerzo.
A continuación es la hora de dirigirse hacia la parte histórica de Tashkent: la plaza Hazrat Imam (Khast Imam), que agrupa una antigua madrasa transformada en centro de artesanía, el mausoleo Kaffal Shashi, la mezquita Tilla-Jeque, así como el museo del Corán donde se puede ver uno de los ejemplares más antiguos del mundo.
Un poco más lejos, no te pierdas el Museo de Artes Aplicadas, ubicado en un magnífico palacio antiguo, con techos pintados y ricos ornamentos. Descubrimos aquí, en particular, hermosas pinturas murales en seda ("susanas"), sombreros cuyos tejidos varían en función de las regiones, caftanes, arte local, así como adornos de joyería.