La visita a las cataratas de Kuang Si es una etapa imprescindible de tu visita a la región de Luang Prabang.
Desde sus 60 metros de altura, las cataratas de Kuang Si parecen salir de la jungla para venir a ofrecer su belleza en medio de este exuberante entorno. Me gustó especialmente el contraste entre la jungla verde y el color azul del agua que discurre desde las cataratas. Bajo el fuerte calor que asolaba la región, recuerdo haber apreciado poder disfrutar de un momento de frescor bañándome en una de las pequeñas piscinas formadas por la corriente.
Te recomiendo encarecidamente alquilar un scooter (o una bicicleta de montaña para los más deportistas) desde Luang Prabang. La distancia entre los 2 lugares es de 30 km y el trayecto se hace rápidamente. Además, esto te permitirá disponer de mayor libertad de movimientos, disfrutar tranquilamente de los bellos paisajes y de los numerosos pueblecitos que rodean la ruta que conduce a las cataratas.
También me gustó especialmente caminar a orillas del río y tomar el camino que permite acceder a la cima de las cataratas, para obtener una bella vista panorámica de la naturaleza que las rodea.
Finalmente, no olvides observar los osos negros asiáticos mantenidos en el pequeño zoo que se encuentra en la entrada al lugar.
La ruta que llega hasta las cascadas, a aproximadamente una hora de Luang Prabang, es absolutamente sensacional. ¡Verde, verde y más verde!
He contratado un tuk tuk para ir desde la ciudad a las cascadas: el conductor te espera todo el tiempo que necesites y puedes pasar allí el día entero sin problemas. ¡Merece la pena la inversión!
En la entrada hay una pequeña reserva natural con algunos osos, la atracción del lugar. Tras andar veinte minutos por la selva, llegamos al pie de la cascada, ¡que tiene un caudal impresionante!
Los más aventureros podrán subir por un camino bastante duro hasta la parte superior de la cascada y admirar desde allí unas vistas impresionantes de la selva.
Te recomiendo que visites Kuang Si durante la estación seca: yo fui en pleno monzón y el agua baja muy turbia, de color marrón, y el caudal es demasiado rápido como para poder bañarse.
Es difícil no amar Kuang Si. Reconozco que la situación al llegar puede asustar un poco, el gran número de puesto de todo tipo y el parking lleno de coches no es lo que uno se espera pero, no te preocupes, lo que viene después vale realmente la pena.
Primera sorpresa: cercados en los que viven un gran número de osos asiáticos, especie amenazada que aquí esta protegida. Más pequeños que sus homólogos europeos, tienen el pelo completamente enmarañado y son especialmente graciosos, si tienes niños, les encantarán...
Después se llega a las cataratas, segunda sorpresa. En un decorado lujuriosos, piscinas naturales conectadas entre ellas por pequeñas cascadas, el agua que corre de un magnífico color turquesa y un conjunto paisajístico sobrenatural... El agua quizás no esté muy caliente, pero es imposible resistirse a un baño en un lugar tan mágico. ¡Ideal para unas vacaciones en familia!