
A raíz de los dos sitios que me encantó descubrir durante mi viaje a Hué, te animo a que te alejes un poco de la ciudad para aprovechar también otros parajes, poco conocidos, pero que también valen la pena. Alejarse del bullicio de la ciudad, darse tiempo y disfrutar de lugares intactos es la receta que propongo con este artículo.
¡El parque nacional de Bach Ma es una maravilla! Yo fui varias veces, ¡hay mucho que explorar! Desde Hué son unos cuarenta kilómetros de carretera. Hay que coger la Nacional 1, dirección Sur, y a partir de ahí hay indicaciones. Se puede ir en moto, en taxi, o con una agencia, pero no hay servicio de autobús para ir al parque. Al llegar hay que pagar entrada y, si no tienes vehículo, también pagas por el coche que te llevará arriba. ¡No intentes subir andando! Estarías hecho/a polvo antes de poder ver nada. Al llegar arriba tienes una panorámica estupenda si tienes suerte y está despejado. Luego, si bajas un poco, verás que salen varias rutas de senderismo. Todo el rato tienes la sensación de estar solo/a en el parque. Casi no te cruzas con nadie en ese parque tan extenso. Llévate la merienda, porque en el parque hay muy pocos sitios donde puedas comprar algo. ¡No hay nada mejor para desconectar de la ciudad y reconectar con la armonía de la naturaleza! Bach Ma te brinda su bosque tropical, sus senderos, sus cascadas majestuosas y el avistamiento de trescientas cincuenta especies de aves. Los senderos no siempre están bien conservados, ¡pero eso le da un toque más aventurero!
A quince kilómetros de Hué y a siete al sur de Thuan An hay una playa preciosa y paradisiaca. ¡Pero ten cuidado! Vete lo más lejos posible de la esquina donde está la playa vietnamita. ¡Además de estar sucia, es una trampa para turistas! Phu An es un pueblecito de gente muy maja. Tiene una playa grande de arena blanca y aguas cristalinas. Hay muchos pescadores y salpican el paisaje con sus piraguas. No te cortes y acércate a ellos. Venden pescado a pie de playa. ¡Qué cosa más rica! Se puede dormir por allí. Hay bungalós pequeñitos y también chalés. Puedes elegir según el precio y las comodidades que quieras. Hay un bar que sirve unos batidos de frutas exquisitos y unos platos de marisco muy suculentos. El voleibol es el deporte estrella en el pueblo. Puedes jugar tranquilamente con los vietnamitas durante tu estancia en Vietnam.
Mi consejo es que te quedes por Hué cuatro o cinco días para poder ir a todos estos sitios, ¡no te decepcionarán!