
Has decidido irte de viaje a Vietnam. ¡Buena elección! Es un país fascinante. Está muy abierto al turismo desde el final de sus años oscuros. Aquí tienes un resumen de las formalidades necesarias.
Para ir a Vietnam, los nacionales de la Unión Europea deben tener obligatoriamente un pasaporte con una validez mínima de seis meses a partir de la fecha de caducidad del visado. El visado es obligatorio para todos los europeos. Y es bien caro. Para los españoles, un visado de treinta días cuesta 80 € en la embajada de Madrid. Es recomendable solicitarlo con bastante antelación, porque a menudo hay retrasos de dos semanas en la entrega. Si no puedes esperar, solicítalo de urgencia y lo tendrás en solo tres días, pero te costará todavía más caro. Conviene saber que los ciudadanos extranjeros de origen vietnamita, así como sus cónyuges e hijos, están exentos del visado. ¡Aunque eso no significa que les vaya a salir gratis! Tendrán que solicitar la exención del visado en la embajada de Vietnam de su país de residencia. Cuesta 30 €.
Para ir a Vietnam no es obligatoria ninguna vacuna. De todas formas, es muy recomendable vacunarse de la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la encefalitis japonesa.
Si tienes pensado conducir o alquilar un coche, dirígete a cualquier jefatura provincial de tráfico para solicitar un permiso internacional de conducción.
Otra opción es solicitar el visado a la llegada al país, directamente en el aeropuerto. Para eso hay que hacer por internet una solicitud previa y estar en posesión de una carta de invitación de la agencia de viajes. Si te decides por esta opción, infórmate bien sobre cualquier cambio en las condiciones de la obtención. La única ventaja es que te saldrá más barato.
Si ya estás allí y te quieres quedar más tiempo, no tienes más que ir a cualquier agencia de viajes en Ciudad Ho Chi Minh o en Hanói, o presentarte directamente en la oficina de inmigración. Prolongar el visado cuesta unos 20 € y se obtiene entre tres y cinco días después.