El punto de mayor interés de Kompong Chhnang es sin duda el poblado flotante, el más grande de Camboya con unas 4000 personas viviendo sobre él. Conocer Camboya implica necesariamente conocer la vida sobre el agua de los habitantes.
Al llegar al centro de la ciudad, me encontré con muchos barcos que llevaban al corazón de estos pueblos: la visita al pueblo flotante fue para mí uno de los mejores momentos de mi viaje. Ver a los niños ir al colegio en piragua, el mercado flotante, los habitantes haciendo sus coladas fuera...
No hay muchos hoteles ni restaurantes en Kompong Chhnang, pues es una ciudad pequeña y poco turística, así que sigue siendo bastante tradicional. Por eso creo que un paseo a pie o en bicicleta es la forma más auténtica de explorar Kompong Chhnang.
Kompong Chhnang es un importante puerto, dedicado al comercio de cerámica. Su principal atractivo reside en esta sucesión de casas flotantes, que hace acordarme de los pueblos flotantes de la bahía de Halong en Vietnam... Y con razón, pues en este lugar se encuentran con frecuencia comunidades de refugiados vietnamitas huidos de la guerra.
El barco es la mejor forma de conocer esta auténtica ciudad flotante con todos los servicios disponibles: electricidad, garaje, escuela, tiendas, allí hay de todo, flotando en las orillas del gran lago Tonlé Sap. Encuentro que la bienvenida es mucho más sincera que en otros pueblos, con los "hello, hello" tan agradables de los sonrientes niños. Uno se siente como un camboyano que vive a su propio ritmo. Los pocos turistas de Kompong Chhnang son bienvendios y no alteran (todavía) estos lugares que mantienen su autenticidad.
Aparte del pueblo, también hay algunos interesantes templos por la zona, que si bien no se pueden comparar con los impresionantes templos de Angkor, son una excusa ideal para acercarse al campo y disfrutar de un ambiente relajado.