Uno de los mejores recuerdos que guardo de mi viaje a Cuba es mi paso por Viñales. Una vez que te bajes del autobús junto a la coqueta plaza del pueblo, te recomiendo que camines unos cuantos metros hasta salir al campo. Allí, los habitantes locales ponen a disposición de los turistas habitaciones a precios muy competentes. Normalmente se come al aire libre, con vistas a las plantaciones de tabaco y a los mogotes (montículos redondeados característicos de la región del Caribe).
Tras un rato contemplando el maravilloso paisaje, es imposible resistirse a dar un paseo por este entorno natural tan cautivador. Tras caminar unos pocos pasos comenzarás a descubrir nuevas sorpresas. Mientras paseaba, me crucé con un lugareño que me propuso guiarme por unas cuevas que hay en los alrededores.
En resumen, la visita a Viñales merece que le dediques varios días.
El Valle de Viñales es un lugar absolutamente increíble declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El paisaje corta la respiración y está rodeado de verdes montañas y de espectaculares afloramientos o formaciones rocosas.
El Valle de Viñales es un punto muy importante de producción de tabaco. Allí, pude visitar las fábricas de tabaco y observar cómo los trabajadores lían los célebres puros cubanos. No dudes en comprar puros allí mismo, ya que su precio es insuperable.
Además, recorrí el valle a caballo, lo que me permitió descubrir las plantaciones de tabaco que se pierden en el horizonte y disfrutar tranquilamente de los grandiosos paisajes. Recomiendo a todos los viajeros que pasen por Cuba que dediquen varios días a explorar el valle para así poder descubrirlo en condiciones.