Yachats ahora figura en todas las guías turísticas, que la recomiendan al mismo nivel que Nueva York o el parque del Gran Cañón. Sin embargo, aunque muchos turistas están empezando a visitarla, la ciudad ha conseguido (de momento) conservar su ambiente intimista y su encanto totalmente irresistible.
Al llegar a Yachats, tuve la impresión de estar en el fin del mundo, en un paraíso escondido, situado entre verdes colinas por un lado y el océano desbocado por otro. El pueblecito de casitas de madera aporta aún más encanto al lugar. Por supuesto, el atractivo de la ciudad reside en su aspecto totalmente mágico: playas vacías donde rompen las olas y enormes rocas y acantilados que caen en picado sobre el océano. Sin duda, es uno de los lugares que más me gustaron de todos los que pude descubrir en Estados Unidos.
Un lugar fuera de los típicos recorridos turísticos que debes añadir urgentemente a tu itinerario por Estados Unidos, antes de que sea demasiado tarde.