Su fama, su belleza y el hecho de haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, confieren a Antigua el carácter de visita obligada durante una estancia en Guatemala. Mientras daba la vuelta al mundo, me alojé unos días en este lugar y quedé prendado de él.
Situado a 1500 metros de altitud, su clima es muy agradable y pasear por sus calles empedradas es muy placentero. Desde ellas se pueden observar los amenazantes volcanes que rodean la ciudad. Algunas de las fachadas de las casas están pintadas en tonos pastel y otras en colores vivos. En la hermosa Plaza Mayor, rodeada de varios edificios coloniales, muchos niños se ofrecerán a lustrarte los zapatos por unas monedas. Yo di un largo paseo entre sus numerosas iglesias y conventos. Algunas fachadas son auténticos prodigios.
Como ocurre en toda Guatemala, te aconsejo que evites salir de noche, incluso aquí, en Antigua. El frenético ritmo de vida que invade la ciudad durante el día es sustituido por un clima de inseguridad cuando cae la noche.
Situada a menos de una hora en autobús de la capital, Antigua es una de las ciudades de visita obligada en cualquier viaje a Guatemala. Sus callejones están llenos de encanto y color y la arquitectura de la mayoría de sus monumentos hace que la visita merezca realmente la pena.
Dicho esto, personalmente creo que el cariz turístico que ha adquirido la antigua capital del Reino de Guatemala ha influido bastante en que la ciudad haya perdido parte de su encanto. Los precios son más elevados que en el resto del país, hay muchos extranjeros, sobre todo estadounidenses (o gringos, como suelen llamarlos de forma peyorativa en América Latina), los bares son muy caros y están muy occidentalizados...
En resumen, lo recomendable es alojarse una noche o dos como máximo y si es posible, contratar una agencia para visitar el volcán Pacaya, aún activo, para ascender por sus laderas de roca volcánica. Lo cierto es que impresiona bastante, pero su ascenso no presenta demasiadas dificultades.
Antigua posee los defectos que implican sus cualidades. Declarada Patrimonio de la Humanidad junto a Tikal en 1979, el año de la ratificación por Guatemala de la Convención de la Unesco, Antigua se ha impuesto con el paso del tiempo como el destino perfecto, junto a Tikal, para el turismo en Guatemala.
El resultado: la mayoria de sus tiendas (entre el 80%-90%) están regentadas por extranjeros, lo que supone un fuerte poder de atracción para estadounidenses jubilados y extranjeros en general, además de unos precios más altos que en el resto del país, por lo que se trata de una ciudad... muy poco guatemalteca.
Con todo, tiene una gran historia a sus espaldas: los invasores españoles conservaban las ciudades (aunque destruyeron las mayas) y enviaban a los indígenas a las zonas rurales, así que Antigua ha regresado -o nunca dejó de ser- a lo que era desde su fundación, un lugar dedicado al comercio, controlado, en su mayoría, por extranjeros y no indígenas.
Reconocido y asumido este hecho, la antigua capital de América Central tiene sus encantos y casi el 100% de los turistas que hacen un viaje a Guatemala pasan aquí al menos un día, algo que no sucede por azar. Antigua es, sin duda, de una belleza admirable y una de las más hermosas ciudades coloniales del continente, donde las ruinas religiosas (sus grandes atracciones, especialmente el Monasterio de San Jerónimo, con sus jardines impecablemente restaurados) y las casas particulares se codean con hermosas catedrales, iglesias llenas de vida y mansiones coloniales, convertidas ahora en hoteles privados, restaurantes y sedes de instituciones públicas.
Tómate tu tiempo para pasear por sus calles y visitar las antiguas casas coloniales transformadas en hoteles, cuya arquitectura es particularmente lujosa. Haz una pausa en el parque central, sin duda, la plaza más bella del país, y visita después el Museo Efraín Recinos, dedicado al gran artista contemporáneo nacional, no muy conocido en España.
Para la noche, hay disponibles numerosos restaurantes y bares occidentales (al igual que en la capital, donde se congrega la jet-set de Guatemala, a solo media hora en coche), pero pocos restaurantes de gastronomía internacional. Sí abundan los pubs y discotecas para bailar salsa hasta altas horas y mezclarse con los "gringos" que están de paso.