Gente, ruido, contaminación, circulación en todos los sentidos, suciedad, pestilencia... Una cosa es segura, lo mismo hay que atarte para retenerte en Yakarta, pero es una etapa a incluir en tu itinerario por Indonesia.
Es una de las más grandes megalópolis del mundo y la mayor del sudeste asiático, así que, si lo que buscas es descanso, este no es tu sitio. Yo estaba bastante cansada cuando llegué a la capital y me fui de allí agotada.
Durante el día, solo caminar por las calles evitando los coches, las bicicletas y la gente te consumirá muchísima energía. Por la noche, con la cantidad de bares y de discotecas de moda, me pareció que esa ciudad no dormía nunca.
El Museo Nacional de Indonesia es de obligada visita, así como la mezquita y el teatro de marionetas.
Monstruosa, bulliciosa, y sofocante, pero al mismo tiempo fascinante. ¡Así es Yacarta! Es la ciudad más poblada del sudeste asiático. ¡Menuda contaminación, menudo gentío, menudo ruido! En Yakarta es fácil enloquecer, pero también volverse loco por el inexplicable encanto de la ciudad.
Sin embargo, la ciudad no tiene nada estéticamente atractivo ni ningún lugar especial que visitar. Solo sus innumerables mercados, donde uno se pierde encontrando de todo, y sus muchísimos restaurantes internacionales de todo el mundo.
Durante un viaje a Indonesia, casi todos los viajeros llegan al aeropuerto de Yakarta y cambian de avión o transitan por las islas para ver destinos más exóticos de Indonesia. Sin embargo, Yakarta merece la pena aplazarlo uno o dos días para palpar la particular atmósfera de la Asia contemporánea, del mundo del futuro.