La ciudad de Uezán (de unos 50 000 habitantes) no es precisamente un placer para la vista: industrial, decadente e incluso un poco siniestra, nos dan ganas de continuar con nuestro trayecto, sobre todo teniendo en cuenta que apenas hay hoteles para pasar la noche o restaurantes donde saciar el hambre. De todas formas, para los que quieran pasar allí la noche a toda costadurante un viaje a Marruecos, aun así Uezán cuenta con una agradable medina histórica reconstruida hace poco y una mezquita verde con un interesante alminar octagonal. El otro interés de la ciudad es más bien religioso, ya que aquí se encuentra el centro de la orden sufí de Uezán, muy popular en el país.
En fin, debo admitir que personalmente no me gustó mucho la pequeña ciudad de Uezán, por lo que, como mucho, os recomiendo parar allí para echar gasolina.