El río Selengá discurre al norte de Mongolia a lo largo de más de 600 km. Llega a la frontera con Rusia después de serpentear por llanuras inmensas y por estepas con zonas pobladas de árboles. Nace a 50 km al sur de Mörön. Su cuenca fluvial es muy importante para la agricultura de la región. En general, se cultiva poco en Mongolia, pero en el valle del Selengá se ven granjas y huertas.
El río tiene un caudal impresionante. De hecho, lleva el 30% del agua que fluye por territorio mongol. Como no podía ser de otra manera, es el paraíso de los pescadores mongoles: hay salmones, esturiones, carpas, lucios y salmones de Siberia (hucho taimen). Si haces un viaje al lago Ubsugul o al monasterio de Amarbayasgalant tendrás la excusa perfecta para cruzar el río Selengá. De abril a noviembre es navegable.
Las riberas son estupendas para acampar y bañarse. ¡Viajeros deportistas, a los remos! Por precaución y seguridad, ve con una agencia que organice excursiones de canoraft o rafting y elige una ruta que sea sencilla para hacer una expedición fácil. Comprobé que, desde la ciudad de Sujbaatar y, sobre todo, desde el pueblo de Hyalganat (en el sentido de la corriente), el inmenso corredor formado por el Selengá está prácticamente deshabitado, ¡un espacio virgen!
Al oeste, por la carretera que va de Bulgan a Hutag-Ondor, cruzamos el Selengá. Por aquella parte había un montón de peces. Ya cerca de Hutag hay una llanura inmensa, cultivada y poco pintoresca.
El Eg es un río magnífico que proviene del gran lago Ubsugul, mientras que el Selengá desemboca en un lago todavía más grande. Pues el sitio donde se juntan parecía accesible en vehículo y valdría la pena explorarlo.