Dalanzadgad no tiene nada de especial, al menos hablando en términos de turismo clásico. Sin embargo, me encantó pasearme por las calles de arena y compartir el lugar en el que viven los habitantes de la zona. La ciudad se encuentra en pleno desierto y parece más el "salvaje oeste" mongol que un pueblo próspero. Impresiona bastante. Te encontrarás en pleno desierto con andar tan solo 20 minutos hacia cualquier dirección de la ciudad.
No obstante, Dalanzadgad es un punto de partida excelente para visitar los alrededores. En esta zona podrás ver grandiosos lugares que encajarán perfectamente en tu viaje por Mongolia. Te recomiendo que visites las dunas de Khongoryn Els, auténticas montañas de arena en medio de la estepa. Intenta encontrar a alguien que te pueda llevar en camello, es la mejor forma de fundirte con el paisaje. Tampoco puedes perderte los emplazamientos de Yolyn Am (la boca del buitre) y de Bayang, un emplazamiento arqueológico muy importante en el que se han hallado huevos y esqueletos de dinosaurios.
Después de un viaje horrible e interminable para atravesar Mongolia hacia el sur, solo podía pensar en una cosa: dormir y recuperar fuerzas. Tenía que estar preparada para internarme hacia el desierto del Gobi. La verdad es que, nada más poner los pies en la ciudad, ya estaba deseando largarme. Claramente, las ciudades mongolas son feas como ellas solas.
Y me temo que no tenía bien organizada mi escapada al Gobi... No había autobuses hacia Yolyn Am. Peor todavía: ¡no había más turistas con los que poder compartir un todoterreno! Aquello pintaba muy mal. Toda desesperada, me quedé un día más, perdiendo el tiempo, atrapada en aquel lugar tan feo. Menos mal que al final encontré a una mujer simpática y dispuesta a llevarme al paraje de Yolyn Am.
Tengo que decir que Mongolia es un país maravilloso. Pero, si quieres aprovecharlo al máximo, será mejor que no vayas solo/a. No porque vaya a ser peligroso, sino porque no hay transportes públicos, ni siquiera carreteras. Necesitas un todoterreno para llegar hasta los espacios naturales, que ocupan la mayor parte del país. Y la gasolina es... cara no, ¡carísima! Si viajas solo/a, tendrás que renunciar a muchas cosas.