Durante mi estancia en Mahé, me dediqué a descubrir las numerosas playas con cocoteros que hacen de las Seychelles un lugar precioso, como Beau Vallon, Anse Soleil o incluso Anse Lamouche. También me detuve un rato en la capital, Victoria.
Me encantó descubrir el ambiente tranquilo, colorido y lleno de encanto de Victoria. La capital de las Seychelles se encuentra al noroeste de Mahé y puede recorrerse fácilmente a pie. Nada más llegar a Victoria, enseguida me atrajo su mercado local, el Sir Selwyn Clarke, situado en pleno corazón de la ciudad, donde un montón de puestos y vendedores de pescado, frutas y especias se reunían en aquel lugar tan animado y folclórico. Allí podrás conocer a la población local. A mí me pareció que eran mi acogedores y simpáticos, dándote a probar mangos, aguacates y plátanos.
Aparte del mercado, las casas de Victoria son típicamente criollas, con muchos colores, y me encantó el que ambiente había. Te recomiendo que pases algo de tiempo tomándote algo o incluso comiendo en alguno de los restaurantes criollos de Victoria, que merecen mucho la pena.
Solo pasé algunos días en lagran isla de Mahé. Fui allí sobre todo para tomar el barco en el que recorrí las islas más pequeñas del archipiélago.
Aun así, me impactó cuando llegué. Era la primera vez en la vida que veía unos paisajes literalmente de tarjeta postal y, además, en un entorno urbano. Como te habrás podido imaginar, mi visita se limitó prácticamente a la capital. También pude recorrer la magnífica carretera de Sans Soucis, en un coche que alquilé para la ocasión. Conducirás entre sitios históricos y santuarios naturales, lo cual es una presentación genial del país. Se lo aconsejo a cualquiera que vaya de viaje por las Seychelles.
En cuanto a playas y hoteles, no dice nada original: fui a Beau Vallon. Aunque este lugar sea el destino más común de la isla, sigue siendo magnífico.