Se trata de un jardín grande y muy bonito, aunque se encuentra un poco lejos del centro de la ciudad. Pero podrás llegar rápidamente en taxi o en los famosos autobuses rojos «City sightseeing», lo que además te permitirá disfrutar de una visita comentada de la ciudad. Podrás incluso coger el mismo autobús para volver al centro sin tener que pagar de nuevo, ya que el billete es válido para todo el día.
A mí me gustaron mucho las diferentes partes del jardín, todas en armonía las unas con las otras y dominadas por la imponente figura de la Montaña de la Mesa de fondo. Si vienes en primavera, podrás ver las magníficas flores que iluminan el desierto de Namaqualand, situado un poco más al norte. Y cuando te pasees por las avenidas, encontrarás un sinfín de lugares en los que descansar a la sombra, pues hay bancos en lugares de paso, bajo las arboledas o árboles en flor.
Para los más aventureros y deportistas: una vez que hayáis visto el jardín, podéis plantearos coger el sendero que conduce a la montaña que domina el jardín. Aunque no camines muy rápido, llegarás a la cumbre, conocida como «Skeleton Gorge», en 1 hora. Desde allí arriba tendrás una vista ilimitada de toda la ciudad que se extiende a tus pies y que cuenta con una flora extremadamente original y diversa que ha sido declarada patrimonio mundial por la Unesco. Es algo genial, ¿no?
No soy muy aficionado a las plantas, y mucho menos a los jardines. Fui al jardín botánico de Kirstenbosch por puro azar, pero no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho. Desde los primeros pasos tuve la impresión de estar como en otro mundo. Uno se siente infinitamente pequeño en medio de esta exuberante naturaleza. Descubrí plantas del África austral de las que no imaginaba ni siquiera su existencia, y aprendí mucho en tan sólo una jornada.
Me encantó recorrer una parte del parque desde un puente colgante que ofrecía unas vistas magníficas de la Table Mountain. Me sorprendí a mí mismo fotografiando flores durante varias horas. En un paseo por un bosque primario, pude divisar incluso a un búho posado en un árbol.
En verano la ciudad organiza una serie de conciertos al aire libre, de finales de noviembre a comienzos de abril. Se puede visitar el jardín durante todo el día y después asistir a un concierto al inicio de la noche.