País de contrastes, Cuando hagas tu viaje a Sudáfrica verás una inmensidad de paisajes variados, desde el bosque del Parque Nacional del Kruger hasta el desierto del Kalahari, y pasando por las verdes colinas de Zululandia o la vegetación mediterránea del Cabo. Africana y occidental, tribal y ultramoderna, las muchas caras de Sudáfrica conviven entre sí pero no se parecen unas a otras.
Si bien la captial administrativa es Pretoria, el pulmón económico del país no es otro que Johannesburgo, megalópolis en plena transformación, tanto fascinante como compleja. Descubrimos una ciudad muy moderna y con fascinantes culturas urbanas.
A unas horas al noreste del país, el parque Kruger, tan grande como Bélgica, es la principal atracción del país. Aquí el safari es asequible a los presupuestos más ajustados, al contrario que muchos otros países, ya que podemos ir con nuestro propio vehículo y acampar en el lugar. Se pueden observar leones, elefantes, búfalos, leopardos y rinocerontes, así como guepardos, girafas, antílopes, etc.
Siguiendo por la costa del océano Índico, descubrimos a Durban, tercera ciudad del país, medio zulú, medio india, después continuamos por las estribaciones de las montañas de Drakensberg, antes de descender en dirección al Wild Coast, la costa salvaje. El país xhosa conserva sus ricas tradiciones ancestrales y sus pueblos de coloridas chozas redondas que se alinean a lo largo de un acantilado irregular, aislando las hermosas playas salvajes.
Siempre por la costa, atravesamos el Garden Route, compuesto de bosques y lagunas, en especial alrededor de Knysna. Por el camino, la región de los vinos, en el interior de Ciudad del Cabo. Segunda ciudad del país, este extremo de Europa en el extremo de África se extiende alrededor de la majestuosa Table Mountain, que finaliza la cordillera montañosa del Cabo de Buena Esperanza. Cosmopolita, mestiza y moderna, esta ciudad de aires californianos seduce tanto a sudafricanos como a turistas. Por último, volviendo hacia Namibia y Botswana, se puede visitar el Kalahari verde, una región del desierto irrigada por el río Orange, muy poco visitado y sin embargo muy hermoso.