Fue en Mae Rim donde descubrí los campamentos de elefantes. Allí los puedes ver jugando, pintando, etc. En el campamento de Maesa, estos paquidermos establecieron un nuevo récord Guinness: el cuadro más grande del mundo. Si la experiencia puede parecer interesante, sobre todo para quienes viajan con la familia, yo no la recomiendo. Es mejor ir a un sitio donde los elefantes vivan en libertad.
Aparte de los elefantes, hay campos de arroz y una variedad de cultivos escalonados sobre las laderas de las montañas, desde los que las vistas son espectaculares. Hay también un montón de jardines botánicos, entre ellos el que creó el patronato de la reina, el proyecto real de Nong Hoi y la granja de orquídeas (y, de paso, de mariposas). La naturaleza se viste de gala en Mae Rim. Si hay un museo que conviene visitar, es sin duda el de la universidad, el Darapirom Palace, alojado en un antiguo edificio real.
No era la primera vez que iba a Mae Rim. Aunque está al lado de Chiang Mai, que es una ciudad importante, es una buena opción para evitar la gran ciudad y alojarse en un entorno distinto, muy cercano, pero mucho más de campo, más «auténtico».