Iximché forma parte de los lugares en los que yo no había previsto detenerme durante mi estancia en Guatemala pero que se cruzó en mi camino por el mayor de los azares. Incluye un pequeño museo, grandes plazas así como algunos restos de templos, juegos de pelota y palacios; Iximché fue, en otro tiempo, una de las principales ciudades del reino maya de Kaqchikel.
A diferencia de los lugares mundialmente conocidos de la región norte de Petén, jamás se me habría ocurrido considerar este pequeño conjunto de ruinas como uno de los lugares imprescindibles, hasta el día en que conocí a un sacerdote maya. En su compañía me fui al lugar un fin de semana y rápidamente me encontré al lado de un gran número de indígenas mayas que habían venido para realizar una especie de peregrinaje desde los diferentes departamentos del Altiplano. Pude, así, asistir a la preparación de un fuego sagrado, aprendiendo el sentido de los diversos elementos utilizados para la realización de una ceremonia maya, como velas, incienso, cigarros, alcohol y azúcar...