Estuvimos dos días en Vilnius, muy bonita ciudad, cuidada, agradable, encantadora. Otros dos en Riga, señorial y con unas edificaciones Art Nouveau impactantes, Luego tres en Tallin, de los cuales aprovechamos para saltar a Helsinki, que también nos cautivó en las cinco o seis horas que recorrimos sus zonas más relevantes. Los otros dos días, mágica Tallin, de cuento, súper conservada, una auténtica gozada.
Todo estupendo, tres ciudades magníficas y los servicios de la agencia (traslados y hoteles) perfectos.
Ni una queja o incomodidad.