Ben Slimane está ligeramente encerrada, lo que la hace poco conocida para los turistas. Sin embargo, está situada muy cerca de dos grandes ciudades muy conocidas, Casablanca y Rabat. Es, por tanto, el lugar perfecto para salir de la ciudad y encontrarse con la naturaleza.
Te aseguro que un paseo por el bosque de alcornoques es sinónimo de serenidad y tendrás varias horas para descubrirla. ¡En efecto, el bosque de Ben Slimane es inmenso ! Cuenta con más de 60 000 hectáreas de encina verde y de ciprés. Tras una estancia de cuatro días en Rabat, pemíteme decirte que me encontré muy contento de encontrarme rodeado de este espacio verde.
No me atreví a cazar, pero que sepas que es posible cazar en esta reserva natural. Parece ser que es una reserva muy amplia y variada para practicar este deporte.
Si buscas la tranquilidad durante tus vacaciones en Marruecos, lejos de las hordas de turistas, te aconsejo ir a Beni Slimane. Opino que esta pequeña localidad tiene muchas perlas escondidas. La primera es su encanto, un clima agradable que nada tiene que ver con el calor sofocante de Rabat en verano. La siguiente es la proximidad de las playas del Atlántico, a 30 minutos de la ciudad.
Sin embargo, lo que más me llamó la atención de Beni Slimane es la belleza de su bosque de encinas y alcornoques. ¡Son más de 50.000 hectáreas! Se trata de una riqueza que la localidad de Beni Slimane ha decidido preservar hace poco, promoviendo un turismo ecológico y rural.
Como último consejo, descansa algunas horas en las gargantas de Aïn Dakhla, a unos diez kilómetros de Beni Slimane. Me encantó pasear por esta naturaleza verde y salvaje, en un paisaje con colinas hasta donde alcanzaba la vista y respirando un suave frescor. Tenía la impresión de estar sola en el mundo.