Desembarqué en Velas en la ruta de Horta a Faial. El mar había estado agitado y estuve contento de llegar a tierra firme. Descubrí una pequeña ciudad alegre, soleada (está al sur) y encantadora. Su pequeño puerto, su jardín municipal arbolado y sus callejones empinados con casas antiguas son muy agradables.
Entre los monumentos antiguos de Velas, a destacar la puerta de la ciudad histórica, del siglo XVIII, el ayuntamiento, del XVII, la iglesia de San Jorge del siglo XIV y la iglesia de Nossa Senhora, del mismo siglo, que perteneció a un monasterio franciscano. Todos estos edificios tienen en común el contraste típico de las Azores: yeso blanco y y de esquina piedras blancas piedras oscuras de basalto.
Velas también tiene un interesante museo de arte sacro de las Azores. Además de apreciar sus bonitos jardines y pasear en el puerto, hay otra cosa que hacer aquí: subir al Morro Grande, la gran colina que domina el pueblo, a media hora a pie desde el centro.