Lo que más me llamó la atención al pasear por Sfax fue la medina de la ciudad. Me gustaron mucho las imponentes murallas que la encierran, sus calles estrechas rodeadas de tenderetes y sus casas con balcones de hierro forjado y puertas ricamente decoradas. ¡Una verdadera invitación al viaje!
Los zocos cubiertos abundan en Sfax: zoco de las telas (alfombras, colchas bereberes), zoco de los joyeros, zoco de los perfumes... Estos zocos limitan con la fonda de los herreros: incluso si el lugar ya no sirve como caravasar, todavía alberga hoy en día a los herreros de Sfax. Los cinéfilos reconocerán uno de los lugares en los que se rodó la película El Paciente Inglés.
Otro sitio a visitar: la gran mezquita del siglo IX, con su espléndido minarete de arenisca, réplica más modesta del minarete de Kairuán. Los amantes de la historia apreciarán el museo de las tradiciones populares, por sus colecciones de vestidos y joyas, así como el museo de arquitectura tradicional de la alcazaba, por sus maquetas de techos esculpidos.