Fue en la misma orilla del lago Thac Ba, a pocas horas de carretera de Hanói, donde pasé uno de mis primeros fines de semana en Vietnam. Decidí salir de la ciudad, ya que deseaba descubrir Vu Linh, un pequeño pueblo situado en un entorno que se asemeja mucho a un fiordo. Tras muchos kilómetros de carretera en moto, finalmente llegué a los primeros asentamientos de la etnia minoritaria de los Dao, oriundos de esta zona del país.
Me alojé junto a dos amigos en un interesante centro de formación de turismo concebido para los jóvenes más desfavorecidos de la región, que además está abierto al público. Desde un principio me cautivaron tanto las vistas espectaculares del lago y sus numerosas islas, como el encanto del pueblo de Vu Linh, cuyas casas están construidas con bambú trenzado. Durante varios días compartimos rutina con los jóvenes estudiantes del centro y aprendimos mucho acerca de la cultura de los Dao. Fueron unos días muy bonitos de intercambio cultural que recuerdo con especial cariño.