Con Yumani, al sur, y Challapampa, al norte, Challa forma parte de las 3 aldeas de la célebre isla del Sol. La pequeña aldea lacustre alberga 2.000 habitantes cuyos recursos provienen principalmente de la pesca, la artesanía y el turismo.
Dominada por las cimas nevadas de la Cordillera Real y rodeada por el lago Titicaca, Challa es un lugar apacible. Se alcanza la comunidad desde Yumani. Desde nuestra llegada, apreciamos el dulce sopor que reina allí. Solo la presencia de niños bolivianos que juegan (y de algunos turistas, seamos sinceros) perturba la paz de la aldea. En las hermosas playas de arena blanca de Challa, ovejas y cerdos comparten espacio, lo que da lugar ¡a un espectáculo gracioso!
Después de un corto paseo por la isla, decidimos hacer una visita al museo de Challa en el que aprendimos más sobre la cultura inca (la aldea es conocida por ser la primera cuna inca). Como en Copacabana, decidimos comer un delicioso plato de trucha. ¿Y después? ¡Una buena siestecilla en la playa!