Sin duda, Shiroka Laka es el pueblo más bonito que hay en los montes Ródope. Destaca por sus casas al más puro estilo del Renacimiento Nacional Búlgaro (S. XIX), un estilo elaborado por los padres de la identidad nacional basándose en criterios muy precisos. Son casas blancas y robustas donde la artesanía de la madera cobra protagonismo. Algunas tienen vigas de madera vistas. En conjunto, son una curiosa síntesis entre la arquitectura del este y la alemana.
Al contrario que la vecina Koprivchtitsa, Shiroka Laka se ha mantenido prácticamente inalterada, salvo por ciertas infraestructuras turísticas. Sigue siendo un pueblo de montaña habitado por forestales y campesinos. Con sus dos atributos primordiales (su gran legado patrimonial y haberse mantenido intacto), Shiroka Laka no puede dejar de desprender un encanto especial. Hay que cruzar sus puentes mágicos, subir por sus callejuelas. El complejo que incluye la iglesia de Nuestra Señora y el colegio de San Panteleimón es un monumento destacado.