Destino poco conocido, Bulgaria sorprende por su riqueza arquitectónica y arqueológica. La mezcla de culturas que se hace patente en cada rincón de este país bañado por el mar Negro le otorga sin duda cierto interés.
Sofía es la pequeña y coqueta capital del país. Esta ciudad sonríe y halaga al visitante, quien se deleita observando su belleza. Principales atracciones: la estatua de Sofía que corona la ciudad (se encuentra en el lugar donde antes se alzaba una estatua de Lenin) y la catedral ortodoxa Sveta Nedelya (especialmente magnífica durante los días soleados). Esta ciudad posee una personalidad cambiante y sigue siendo misteriosa; quizá por esta razón se puede encontrar allí una iglesia ortodoxa, una mezquita y una sinagoga, a tan solo unos pocos metros de distancia una de la otra. Esta ciudad magnífica es uno de los secretos mejor guardados de la región, un destino que los viajeros se van recomendando unos a otros a hurtadillas.
A 120 kilómetros de Sofía se encuentra el monasterio de Rila, de aspecto impresionante gracias a sus vivos colores, sus frescos y, sobre todo, a las vistas que ofrece. ¡Aquí tienes incluso la posibilidad de hospedarte!
Otros lugares que deberían también incluirse en tu programa de vacaciones por Bulgaria: Veliko Tarnovo, animada ciudad universitaria famosa por su castillo, sus espléndidas vistas y sus atardeceres suntuosos. En la costa del mar Negro se puede disfrutar de Varna, llena de vida y de historia. Por último, los amantes de la naturaleza y de los deportes de invierno pueden visitar Bansko, pequeña estación de esquí situada al pie del parque nacional del Pirin.