El pueblo de Peguche captó toda nuestra atención gracias a su artesanía y a su población local. El poblado tiene sus propios tejedores y músicos de música andina. Como está ubicado en medio del campo, podrás realizar un paseo a pie a través de los eucaliptos y las casas del poblado hasta llegar al río y bañarte y divertirte en la cascada de Peguche.
Algo que me gustó particularmente fue la fiesta local del Inti Raymi, una fiesta en la que los indígenas dan gracias al sol, la tierra y la luna y lo celebran con música. Los músicos, vestidos con ponchos y máscaras, rondan las casas del poblado al ritmo de la quena, el charango y los violines. Serás invitado a bailar en un círculo alrededor del pescado tradicional “la chicha”. La voz del sol queda simbolizada con el taconeo de los bailarines al ritmo de la música. ¡Los indígenas más temerarios se bañan en el río para “lavarse” de las impurezas acumuladas durante el año y aprovechar los rayos plateados de la luna para renovar energías!
Los artesanos que me encontré en el poblado, confeccionan tapices, bufandas, ponchos y guantes, tanto en los autobuses como delante de sus talleres. Utilizan lana de Alpaca y acuden todos los sábados a Otavalo para vender sus productos. v
Desde Otavalo, durante mi viaje a Ecuador, vine al pueblo de Peguche para hacer una bonita excursión en el campo, bordeando el lago San Pablo, antes de regresar a Otavalo.
Lo ideal es estar en este lugar el día de la fiesta del 21 de junio. El pequeño pueblo, habitualmente tan tranquilo, se transforma en un lugar de peregrinaje para los indios de la región que llegan para hacer sus abluciones en la cascada. Fuera de este período, aunque Peguche es muy tranquilo, siempre hay algunos turistas en este rincón que finalmente no está tan perdido. Salimos a las dos para hacer la excursión y acabamos sobre las seis.
En resumen, te aconsejo que vayas a Peguche, aunque sea simplemente por su cascada o para dar un paseo por el campo.
Mi viaje a Ecuador estaba llegando a su fin y si quería ver más cosas tenía que hacer una especie de maratón. Estando en Otavalo, me marqué el objetivo de conocer Peguche, Cotacachi y la laguna de Cuycocha en un solo día.
Tardé un poco en llegar a Peguche porque me perdí y no encontré a nadie a quien preguntar, solo me crucé con varios perros callejeros bastante agresivos… De modo que hice un pequeño desvío hasta “ El Lechero ”, un árbol sagrado situado en la cima de una pequeña colina desde la cual hay unas bonitas vistas de los lagos y las montañas que los rodean.
¡Finalmente llegué a Peguche, la cascada estaba llena de gente! Situado en un bosque de eucaliptos, este lugar está considerado como sagrado, por lo que no se permite colocar tiendas de souvenirs. Al salir del bosque y dirigirme de vuelta al pueblo, descubrí un antiguo monumento dedicado a los esclavos. Peguche es un pueblo muy tranquilo, pasé por delante de un campo de futbol donde unos niños jugaban con un balón y finalicé mi excursión con una visita a un taller-museo de instrumentos musicales andinos ¡Un lugar digno de descubrir !