Tras subir algunos escalones poblados por encantadores de serpientes y vendedores ambulantes, pude penetrar en el templo. El templo de Sobek et Haroeris tiene un carácter único en Egipto, ya que es bipartito. Está dedicado a dos tríadas divinas diferentes. Una mitad está dedicada al dios halcón Haroeris y la otra mitad al dios cocodrilo Sobek, que es el dios de la fertilidad.
Me gustó sobre todo la cornisa que cubre la enorme fachada, los magníficos relieves y las flores de los capiteles. Las representaciones del cocodrilo sagrado son realmente magníficas. Sin embargo, la representación del muro del recinto que muestra instrumentos médicos y quirúrgicos, así como mujeres en diversas posiciones de parto, sigue teniendo un aspecto increíble. Nunca vi cosa igual en mi viaje por Egipto. (...)