Situada a 1500 metros de altitud, sobre una pradera que se eleva suavemente hacia la cordillera del Gran Cáucaso, Mestia es un pueblecito encantador con un montón de infraestructuras turísticas y testimonios del pasado. Lo primero que me sorprendió al llegar a Mestia fueron las torres que hay repartidas por toda la ciudad. Antiguamente torres defensivas, hoy en día parecen formar parte del paisaje urbano, al igual que los hoteles y las casas. Hay algunas pistas de esquí que la convierten en un destino interesante también en invierno.
Con una población de unos 15.000 habitantes, la ciudad de Mestia es un importante centro cultural de la comunidad esvana, un pueblo étnico ancestral de las montañas del norte de Georgia. Por todas estas razones, la ciudad de Mestia me parece una etapa interesante durante un viaje por Georgia.