Tras una estancia de carácter tropical y lluviosa en la isla, apreciamos en gran medida el calor y las playas de este lugar. Alquilamos equipamiento para hacer submarinismo durante una semana por una pequeña suma. Los centros de buceo abundan en toda Kailua-Kona y nosotros lo pudimos aprovechar bien.
La ciudad se apoya también en el turismo de buceo. ¡Es bien cierto que no todos los días se puede bucear de noche con rayas manta!
Dependiendo de la época, tampoco es raro ver ballenas, para lo que no os hará falta bucear (pero sí tendréis que sumergir la cabeza para oírlas cantar). También hay muchas tortugas, delfines y peces tropicales. No habrá forma de que os decepcionéis en cuanto a la fauna marina.
La ciudad, más moderna y activa que su contraria Hilo, alberga la Iglesia de Moku'aikaua: construida allí hace unos 200 años, tiene siempre el aspecto de un monumento de aquella época, con las materias primas típicashawaianas (roca de lava, coral, tallado en madera en el interior...). En cuanto a su interés histórico, es punto de visita obligada.