Una buena manera de conocer la zona es, para los amantes de los viajes deportivos, serpentear en los cursos de agua a bordo de una lancha de rafting o de un kayak.
Podrás disfrutar de la belleza de los arrozales que se extienden hasta perderse de vista... Y asistir a la fabricación artesanal de ladrillos de tierra hechos con la arcilla que se recupera ahí. Los habitantes de la región practican la cría de gusanos de seda. También hay que ver el lago Manandona situado al pie del volcán Ambohitritainerina.
Como todas estas montañas, Manandona es, igualmente, una tierra mineral de la que los buscadores de piedras son muy amantes. El monte Ibity, con sus 2555 metros de los que quizá harás la ascensión, es rico en feldespato, cuarzo, turmalina roja, granate, berilo, cristal de roca, amatista: ¡los aficionados deberían estar de suerte aquí!