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Madagascar

Nosy Mangabe, un paraíso insular y una joya de biodiversidad

Con enlaces desde Maroantsetra, la última ciudad con aspecto de poblado del lejano oeste situada en la desembocadura del río Antainambalana, en el noreste de la Gran Isla, la pequeña reserva de Nosy Mangabe esuno de los sitios más accesibles del Parque de Masoala.

Para llegar a esta isla de 520 hectáreas completamente cubiertas por un manto de bosque verde, tendrás que subirte a una embarcación a motor de tipo fueraborda y completar una travesía de entre 30 y 45 minutos en función de la meteorología. 

Un sitio privilegiado para la observación de la fauna y de la flora

Un área de camping perfectamente acondicionada bajo una zona resguardada y a solo unos metros de la playa te invita a acampar con tu tienda para aprender a escuchar y observar la naturaleza en un entorno de bosque primario. Asegúrate de aprovisionarte bien, ya que este lugar es una auténtica isla desierta que, al formar parte de un parque nacional gestionado por la ANGAP/WCS, no cuenta con las infraestructuras turísticas que se pueden esperar de un destino turístico vacacional.

Con una alta tasa pluviométrica que justifica su exuberante vegetación de bosque pluvial de baja altitud, lamentablemente, a juzgar por su dosel arbóreo, la isla de Nosy Mangabe ha sido víctima de la deforestación. Gracias a la tenacidad de los estudiantes procedentes de Maroantsetra, Nosy Mangabe se está destacando poco a poco como un foco de atracción turística en esta región salvaje y aislada. Actualmente, solo unos pocos turistas experimentados y aún en número muy reducidos, realizan esta visita para observar su fauna y su flora. ¡Toda una garantía de vivir una experiencia 100% fuera de los circuitos turísticos habituales!

Nosy Mangabe @Servane Rigault

La bahía de Antongil, el refugio favorito de los piratas...

Sin embargo, este pedazo de tierra de 520 hectáreas comenzó a ser famoso en el siglo XVII, debido a la llegada de un gran número de líderes bucaneros y sus esclavos, con lo que la cifra de habitantes anduvo cerca del millar en algunas épocas.

Entre los más conocidos se encuentran: Olivier Levasseur (conocido como “el cernícalo”), el capitán Misson o el pirata inglés John Avery, que desde la bahía de Antongil saqueaba a los mercantes que navegaban entre Europa y Extremo Oriente antes de autoproclamarse “Gobernador de Antongil”. En el siglo XVIII, fue el conde húngaro Moric Benyovszky, quien fundó la comunidad de Louisville en la bahía homónima. Se declaró además “Emperador de Madagascar” e hizo una fortuna con el comercio de esclavos.

En ausencia de aquellos piratas y contrabandistas, tendrás que hacer frente a los elementos naturales para explorar durante la oscura la noche los secretos del santuario animal y vegetal de Nosy Mangabe.

Un entorno de gran biodiversidad, una auténtica Arca de Noé...

Además de la riqueza de su flora (numerosas variedades de palmeras, helechos y orquídeas), Nosy Mangabe es sobre todo el hogar de un gran número de reptiles (entre los que se incluye una especie inofensiva de boa), batracios (ranas de todos los colores) y camaleones. Pero la auténtica estrella de la isla, que hace sombra al lémur coronado, al lémur rojo y al lémur ratón, es el famoso aye-aye, una especie que fue redescubierta en 1967. ¡Cruzarse con este astuto lemúrido nocturno, tan bonito como arisco, a alguno de los lados del camino es toda una experiencia! ¡Con grandes orejas de murciélago, un desordenado pelaje negro y unos largos y finos dedos, solo se dejan ver durante la noche!

Más fáciles de observar son las serpientes, los cangrejos, las ranas e incluso los camaleones, entre los que se incluye una especie endémica de la región, el camaleón Brookesia. Podrás incluso recoger gamusinos, ¿no me crees? Hasta con mis ojos de topo pude observar en numerosas ocasiones al lemúrido nocturno más pequeño, el lémur ratón rojizo, con sus minúsculos ojos fosforescentes que parecían dos luciérnagas.

Tras haber explorado dos o tres veces el bosque penetrando en su profunda oscuridad, descubrirás desde la perspectiva de tu niño interior lo próximo que te puedes llegar a sentir a esta naturaleza tan rica y asombrosa que anteriormente tanto te asustaba... ¡Y si viajas en familia, tanto los más pequeños como los mayores disfrutarán de lo lindo!

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