Capital económica de Montenegro, la ciudad de Podgorica para mí no tiene mucho que ofrecer a los visitantes. Edificios oficiales, algunas torres nuevas de cristal, grandes avenidas, y muchos edificios de hormigón, todo eso parece ser lo que conforma esta nueva capital. Así que te recomendaría que, a menos que te apasione la arquitectura de los años 60, sigas tu camino hacia otros lugares de este país que tiene tanto que ofrecer.
Para los que se vean obligados a pasar algún tiempo por aquí, en el centro hay algunos parques, restaurantes y bares agradables, que te mantendrán ocupado durante uno o dos días. En resumen, probablemente tengas que pasar por Podgorica, la capital de Montenegro a lo largo de tus viajes por el país, pero seguramente no será necesario que te quedes demasiado.
Los turistas y los locales coinciden en señalar que Podgorica no tiene encanto, ya que se trata de una ciudad levantada bajo el modelo comunista. Se trata de un eufemismo. La Segunda Guerra Mundial hizo estragos en la ciudad y hubo que reconstruirla. De ahí la extraña impresión de calma, limpieza y claridad, tan destacable en Podgorica. Ventajas de esta ciudad: aquí no corres el riesgo de perderte o de sufrir los efectos del ruido o la contaminación. Esta es la capital más minúscula que haya visto nunca.
Si te hospedas en Podgorica durante una escala, trata de encontrar estudiantes en un bar cualquiera. Les encantará hablarte del origen de su hermoso país, así como de la relación que sostienen con sus vecinos serbios y la complicada situación económica. Tras la guerra con la antigua Yugoslavia, el embargo de la ONU sobre Serbia causó muchos problemas en la región. En la actualidad, la tasa de paro sigue siendo muy importante, y muchos serbios vienen a Montenegro para trabajar en el turismo. No es raro ver a jóvenes sentados todo el día en un café, sin nada que hacer.