Me encantó la comunidad costera de Portobelo. Esta ciudad es una pequeña joya escondida que se puede ir descubriendo tranquilamente con un poco de tiempo. No es muy grande, pero cuenta con numerosos restos de su apasionante historia: antiguas y magníficas fortificaciones con paisajes asombrosos de la bahía del mar Caribe, cañones antiguos, viejos edificios de aduanas reconvertidos en museos...
La vegetación de los alrededores de Portobelo es especialmente hermosa, salvaje y exuberante. Recuerdo las largas caminatas y los chapuzones en los numerosos ríos y cascadas de la zona. ¡Una delicia!
La bahía de Portobelo acoge regularmente a decenas de barcos que amarran allí y revitalizan la industria turística del lugar. Una escala original y única en un recorrido por Panamá.
Vine a Portobelo sobre todo para buscar un barco que me llevase a Colombia, pero me interesé un poco en la ciudad. Al llegar allí, me conquistó. El pueblo está situado en una bahía tranquila, por todas partes se pueden ver los restos de la ciudad portuaria. Las fortificaciones están declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sería fácil hacer del lugar una parada turística, pero se puede decir que esa no es la principal preocupación de los habitantes, y eso es bueno.
Me gustó mucho pasar unos días aquí, esperando la salida del barco. Conocer a los capitanes de los barcos y escuchar sus historias de piratas es fascinante. El ambiente era especialmente agradable ya que estábamos con espectación a nuestro viaje hacia las islas de San Blas. El único inconveniente es la gran cantidad de turistas que generan los cruceros y hacen aumentar los precios. Si tras tu recorrido por Panamá quieres ir a Colombia por vía marítima, estás en el lugar más indicado.