La playa de Matemwe me pareció fantástica, frente a la isla de Mnemba, y la verdad, todos los hoteles de la zona son excepcionales, y tienen unos precios bastante elevados (ya que pueden).
El inconveniente de este turismo de lujo es que la gente sale poco por el pueblo, que es más bien conservador (hay que salir con las piernas y brazos cubiertos). Falta interacción entre estos dos mundos que cohabitan sin comunicarse. Tengo la impresión de que las comunidades locales no se aprovechan del turismo, y que los turistas no conocen la vida de la gente local.
Por mi parte, realicé un recorrido con un joven local que hablaba bien inglés, y que nos explicó el estilo de vida rural del pueblo. Nos llevó al mercado del pescado por la playa, muy interesante. Vemos niños golpear a los pulpos en la arena con palos para suavizarlos, y hay un jefe que se encarga de subastarlos para vender los lotes de pescados recién desembarcados.