Es difícil dar consejos sobre esta ciudad. Por una parte, está el centro histórico restaurado, bastante turístico, con bonitos monumentos pero con un ambiente general de "turismo de masas".
Por otro lado, tengo que destacar la ciudad vieja, agradable con sus pequeñas calles y tiendecitas que venden de todo, pero de difícil acceso: está apartada del resto de la ciudad por un gran muro. Encontrar la entrada y acceder es una tarea complicada.
Aún así, el Registán es impresionante, con el Gur-e-Amir y la mezquita de Bibi Khanum. No olvidaré mi paseo nocturno por el cementerio Afraisab, pasando por la entrada sin vigilancia de Shah-i-zinde (a la derecha de la entrada principal).
Mantén la mente abierta a las propuestas de la gente del lugar. Mientras paseaba, conocí a un joven uzbeko que quería mejorar su francés y me propuso una visita guiada por toda Samarkanda. Fue fantástico.
Durante mi viaje a Uzbekistán pasé varios días en Samarkanda, ciudad que me sorprendió. El famoso Registán (conjunto escuelas islámicas) es muy bonito. Sin embargo, me di cuenta de que el centro histórico está rodeado por muros.
Y es que se pretende ocultar los barrios antiguos (donde transcurre "la vida real" por así decirlo) de la vista de los turistas. Tuve la impresión de pasearme por una ciudad museo que aparta la realidad de las miradas ajenas.
Pero a pesar de un gobierno restrictivo y de un tipo de turismo muy "de grupo", todavía es posible descubrir en Samarkanda la vida de los uzbekos.
Al principio, la ciudad me pareció superficial y sin encanto a pesar de sus grandiosas edificaciones religiosas. Ir al encuentro de los uzbekos me ayudó a comprender mejor la historia y la cultura de esta ciudad misteriosa. No dudes en contratar un guía local para entender mejor esta ciudad.
Hay pocas ciudades que el viajero tenga tan en mente como Samarkanda, la ciudad más célebre de la Ruta de la Seda. La ciudad de Samarkanda ha sido tan poetizada y mitificada que podría decepcionar al viajero, sobre todo porque hoy en día es la segunda ciudad más grande de Uzbekistán, además de un antiguo oasis mágico en la Ruta de la Seda. A pesar de eso, los increíbles sitios históricos perfectamente conservados te impresionarán: el Registán, la mezquita de Bibi-Khanym o el mausoleo de Shah-i-Zinda, todos ellos con increíbles colores, cúpulas doradas y ricas esculturas, simbolizando la riqueza de esta ciudad milenaria.
La Samarkanda moderna es un poco menos interesante, aunque tiene el movimiento y animación propios de una ciudad de tamaño relativamente grande. En cualquier caso, es un "must" de Uzbekistán.