Una carretera salvaje rodeada de paisajes de mil y un colores: esto es lo que te aguarda en la sorprendente región de Sud-Lípez en Bolivia, muy cerca de la frontera con Chile.
Para conocer las joyas naturales del sur boliviano, dirígete a la Reserva Nacional de Fauna Fndina Eduardo Avaroa. Allí encontrarás la Laguna Colorada y la Laguna Verde, la Laguna Blanca está dominada por el volcán Licancabur. Como su nombre indica, esta extensión de agua salada es blanca. Ven a descubrir la Laguna Blanca al medio día: su color es aún más intenso cuando el sol se encuentra en su punto álgido. De hecho, se trata de los minerales ocultos en el fondo de la laguna de tan sólo 50 cm de profundidad que le dan el aspecto lechoso.
Te sentirás solo en el mundo en esta región desértica en donde reinan la flora y la fauna. Tras recuperar los sentidos, nos dirigimos hacia la Laguna Verde a unos diez kilómetros de allí. Un viaje por el corazón de la naturaleza entre lujo, calma y voluptuosidad.
Todos teníamos bastante mal humor después de una espera interminable en nuestro todoterreno en la frontera boliviana y con un frío terrible. Una vez que nos calentamos los pies en el vehículo, el ambiente mejoró considerablemente. Por fin habíamos llegado a Sud-Lipez (y sus míticos paisajes), en Bolivia, tras pasar cuatro días en San Pedro de Atacama.
Ya habíamos visto muchas fotografías de esta región, pero hay que ser sinceros: nada te prepara para el impacto estético que sientes cuando visitas ese lugar. Los colores y su armonía son indescriptibles. Y todo ello bajo un cielo de in azul intenso y de una pureza increíble. Tras andar días, llegamos a nuestra primera parada en esta expedición boliviana: la laguna Blanca.
La suerte nos acompaña y aunque inciamos el camino siguiendo a otros vehículos todoterreno, hemos llegado solos a la laguna, que es blanca debido a la fuerte presencia de minerales. La superficie de la laguna Blanca se transforma en un espejo en el que se reflejan el cielo y las montañas que la rodean.