Este lugar, también conocido como el Palacio del Dragón, está formado por varias cuevas diseminadas entre cascadas y ríos.
La cueva principal, la gruta del Dragón, de unos 50 metros de alto, mide 844 metros de largo. Hay cinco salas por las que pasa un río subterráneo. La entrada de los dragones, la garganta del dragón, la sala de los cinco dragones, la sala de los pozos y, por último, la sala de las tres gargantas. Todas las cuevas de Longgong son de una belleza y una atmósfera muy especiales. Un lugar fascinante en el que no existe el tiempo y en el que uno desearía quedarse para siempre.
Para poder comprende mejor esta verdadera obra maestra de la naturaleza, los viajeros se embarcan en unas canoas para realizar un crucero guiado de unos 5 km. Gracias a la iluminación de las paredes de las cuevas, las estalactitas y estalagmitas brillan en todo su esplendor y revelan sus más oscuros secretos...